La convivencia
No podría decir que convivo con el Teatro, no siento una relación dialógica en ese aspecto; pero sí puedo decir que nos habitamos.
Tengo una relación térmica con él, en cómo me traslado de la cálida piedra de la calle a la gélida oscuridad de los pasillos, luego al frío espacio de ensayo que se calienta a medida que ingresan los pocos rayos de sol proyectando los diseños de las ventanas y calentado unos pequeños tablones por los cuales nos disputamos.
Así mismo tengo una relación con la textura del piso, paredes y demás; una no- relación visual por la ausencia de ventanas aunque impresionante de detalles decorativos.
Creo que esa es nuestra mayor relación: la sensorial y así nos vivimos; yo en él afecto en su temperatura, en su olor, en su proporción arquitectónica y éste me afecta en su proporción histórica; y no solo yo, creo que todas nosotras damos un sentido a cada elemento sobreviviente de ese espacio histórico magnífico.
Nosotras lo vivimos, el Bolívar nos trasciende.
-Denisse Neira Viera